¡Cómo nos hincha las bolas a las mujeres que nuestra pareja hable de su ex!, o aquella niña que le gusto alguna vez.
Ensima, no de todas (la lista sería infinita) sino de su primer amor, de la chica de sus sueños, de la que ya ni se acuerdan por qué se pelearon y todo es color de rosa en los recuerdos que la evocan.
Así, las parejas actuales quedamos en clara desventaja ante el deslumbrante fantasma de la ex que nunca conoceremos para verificar si lo que dicen ellos es realmente cierto o pura imaginación nostálgica. “Ella era buena, nunca me ponía de mal humor.” Sí, pero tenías 6 años, pelotudo.
Y bueno, así se pasa nuestra relación (que es un desastre): él pensando en que antes era feliz, vos pensando “qué boludo”, y finalmente los dos compartiendo amor como siempre.
La diferencia es que nosotras, aunque sí pensamos de vez en cuando en nuestras épocas doradas de noviazgo, siempre valoramos más el amor actual: el más lindo, el mejor de todos, el más simpático y seductor. Claro, hasta que nos peleamos y empieza a formar parte del grupo de los ex: el más pelotudo de todos, cero a la izquierda, antisocial. Pero por lo menos así ellos no tienen que lidiar, como nosotras, con una imagen fantasiosa de una ex inexistente que ya ni se acuerda de ellos.
Chicos, nosotras se la hacemos más fácil, ¿vieron qué buenas? ¿Por qué no nos dan una manito ustedes también? No digo siempre, pero alguna vez podría ser.
Así, las parejas actuales quedamos en clara desventaja ante el deslumbrante fantasma de la ex que nunca conoceremos para verificar si lo que dicen ellos es realmente cierto o pura imaginación nostálgica. “Ella era buena, nunca me ponía de mal humor.” Sí, pero tenías 6 años, pelotudo.
Y bueno, así se pasa nuestra relación (que es un desastre): él pensando en que antes era feliz, vos pensando “qué boludo”, y finalmente los dos compartiendo amor como siempre.
La diferencia es que nosotras, aunque sí pensamos de vez en cuando en nuestras épocas doradas de noviazgo, siempre valoramos más el amor actual: el más lindo, el mejor de todos, el más simpático y seductor. Claro, hasta que nos peleamos y empieza a formar parte del grupo de los ex: el más pelotudo de todos, cero a la izquierda, antisocial. Pero por lo menos así ellos no tienen que lidiar, como nosotras, con una imagen fantasiosa de una ex inexistente que ya ni se acuerda de ellos.
Chicos, nosotras se la hacemos más fácil, ¿vieron qué buenas? ¿Por qué no nos dan una manito ustedes también? No digo siempre, pero alguna vez podría ser.
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